Amistad rota
Amistad rota
Brigitte:- “Se rompió la amistad después de tantos años, tantas aficiones y experiencias compartidas, tantos buenos momentos”.
Ivette:- “Estoy sola en el apartamento. De nuevo ruidos inquietantes, objetos que se desplazan o se caen, murmullos en la habitación de al lado. La sombra alargada que se esconde tras el armario, sigue como cada noche agazapada mirándome amenazadora como si viniera a cobrar alguna deuda oscura”.
Br.:- “Las relaciones entre las personas evolucionan de forma curiosa. No recuerdo cuándo había comenzado a torcerse aquella amistad nacida en el instituto y alimentada por años.”
Iv.:- “No me deja dormir. No sé cómo deshacerme de ella, me inquieta, me incomoda y a veces hay varias sombras que me aterrorizan. Tengo los nervios destrozados por tantas noches durmiendo mal. Lo peor es que en ocasiones la noto presionándome el pecho cuando el cansancio me vence. Algunas mañanas encuentro moratones inexplicables en mi cuerpo”.
Br.:- “Revisando mis recuerdos, creo que los primeros roces surgieron cuando comencé a decir no a ciertas actividades que no me apetecían y eran más del gusto de ella”.
Iv.:- “No tendría que haber llevado tan lejos mi deseo de imponer mi voluntad y torcer la suya. Me fui metiendo en terrenos pantanosos como si fuera un juego. Un poco tarde entiendo que con según qué cosas no se debería jugar”.
Br.:- “En el liceo yo era más extrovertida, era la que me metía en cualquier cosa que supusiera organizar algo, los villancicos de navidad, los viajes, teatro o rifas para conseguir dinero para actividades o fiestas. Ella, más discreta, participaba en un segundo plano y siempre más interesada en estudiar y llevar al día las tareas. Mis resultados eran “justitos” y los suyos sin ser brillantes eran mejores que los míos.”
Iv.:- “Había entrado en una dinámica peligrosa cuando a través de aquel ligue al que le conté mis desavenencias y deseos de imponer mi voluntad sobre ella, me sugirió que hablara con una persona que me podía ayudar.”
Br.:- “En los bailes la sacaban a bailar continuamente y lo disfrutaba, mientras que yo estaba por ahí hablando con unas y con otros poco interesada en el tema. Cuando acababa la sesión nos íbamos juntas.
Iv.:-
“La ayuda consistía en pagar un trabajo a un hombre que se encargaría de
complicarle la vida sin que nadie se enterara. Me pareció bien.”
Foto obtenida de: https://www.pnlcbaconsultora.com/la-envidia/
Br.:- “Acabamos la enseñanza media y se fue a la universidad, yo me puse a trabajar en una mercería. Nos veíamos muy a menudo y seguimos compartiendo secretos y algunas aficiones. A mí ya no me gustaba ir al baile, pues ya no encontraba ahí las antiguas amistades con las que hablaba. Prefería ir a tomar algo con compañeras de trabajo y volver pronto a casa.”
Iv.:- “No noté que le hubiera afectado salvo que estaba cada vez más distante y esquiva. Mi pareja del momento me propuso hacer algo más fuerte con el hombre y otras personas. Había que volver a pagar pero cedí pensando en doblegarla.”
Br.:- “No había discusiones pero comencé a notar comentarios que parecían tener como objetivo minimizarme, halagos y comentarios que yo percibía que tenían doble filo. Si le contaba que había aprendido cosas nuevas, tenía una actitud despreciativa minusvalorando lo que yo consideraba logros.”
Iv.:- “Me dio un poco de miedo pues había que hacer algo en un cementerio; estaba empecinada en fastidiarla. ¡Qué se había creído!, osar alejarse de mí, yo que siempre había estado apoyándola.”
Br.:- “Estaba asombrada cómo estaba evolucionando el tema. Una clienta de la mercería me dijo que me estaba poniendo a caldo con otras personas. Criticaba mi aspecto, mi forma de vestir y sobre todo mis aficiones y amistades nuevas. Por lo visto decía que nunca me casaría y que lo que había estudiado era gracias a su ayuda. También se reía de cuando me hice mal en la rodilla escalando en la montaña.”
Iv.:- “Fui aislándola a base de chismes, difamaciones y comentarios corrosivos. Lo que más me molestaba es que parecía que nada le afectaba y eso que le había enviado hasta demonios.”
Br.:- “Por fin entendí que tenía que alejarme de Ivette, que le comía la envidia y no sabía cómo había podido desarrollar ese sentimiento hacia mí. Contra toda lógica, ella podría ser envidiada, pues estaba mejor situada, tenía más dinero, o eso parecía, más ligues,… sin embargo no sé qué despertó en su interior, quizá algún complejo no resuelto o quizá estaba siendo yo de forma inconsciente el espejo donde se reflejaba su envidia. Ahora iba entendiendo aquellas preguntas no resueltas que le hacía a mi tío en la niñez referidas a este tema. Me llevaba en ocasiones a una iglesia en la que el predicador recitaba oraciones en las que se hacía incapié en estar vigilantes con la envidia y los celos. Mi tío me decía que esto lo entendería con los años. Siento haberlo aprendido de forma tan vívida, pero voy viendo que es en nuestro recorrido vital que vamos aprendiendo a través de los errores propios o ajenos."
Iv.:- “Éramos amigas desde el colegio y compartimos tareas, diversiones, comidas, amistades… Durante años esta amistad fue sólida, había mucha afinidad, mucha complicidad y como consecuencia mucho disfrute. En general era ella la más atrevida y la que tenía más ocurrencias. De jovencitas alguna travesura, luego más decidida para intervenir en clase, apuntarse a actividades o hacer amistades nuevas. La vida nos fue llevando por caminos que al final se separaban aunque mi idea era mantenerlos unidos. Hubo un momento que empezó a molestarme el que se relacionara con facilidad, el que fuera tan popular, el que fuera como era."
Álvaro
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