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Mostrando las entradas etiquetadas como Luisa Gómez Gascón

34 - Mientras el poeta

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  34 - Mientras el poeta *   Mientras el poeta, mago de las palabras, se regocija en el juego del amor dolorido convertido en bellos fonemas. un cauce de sangre se desparrama e inunda el planeta. Saudade retorna a infancia muerta, pánico, miseria y hambre ¿Qué golosina elige el niño de Brasil? La democracia burlesca ofrece juegos de feria: montaña rusa en la profundidad de las minas de carbón, una vagoneta frenética aplasta un chiquito colombiano. Omar y Fatima con deditos despabilados llevan cestos de jazmín bajo los látigos del Nilo. Encima de mi casa los niños juegan con palos a batallas y guerras (Mixtificación de futuras matanzas) Porque mañana el cerezo ahuecado no será sonido infantil de metralla, lanzará sangre viva, violencia y la vida sin valer continuará enviando muerte y dolor contra la esperanza   * N0 tenía título Jaca, julio de 1993 Fotos procedentes de: https://blogactual.cl/una-mirada-a-la-reali

33 - No encontré camino

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  33 - No encontré camino * No encontré camino ni cauce para volver a la íntima morada de Adán. Ni órbita en la que girar en torno al egocentro viril. La caricia carnal acabó en miedo a la forma de sal y piedra. Conjuro bíblico. Aguijón y sierpe. No hubo mayor ausencia que la presencia estéril, que la impotente cobardía ni anhelo más humillado que el abismo inabarcable de la semilla paralizada y vacia ante el horror a las entrañas femeninas * N0 tenía título L a foto procede de: https://www.frasess.net/frases-de-cobardes-732.html Tierras de Aragón, 19 de julio de 1993 Luisa Gómez Gascón (Agosto 1961-Feb 2011)

32 - Permanencia

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  32 PERMANENCIA   Manifiesto mi amor por la vida. Libre como ella, ocluyo el punto, cierro el círculo, me desprendo del centro de la espira.   Elijo el instante hacia el Poniente y me enfrento al azar con las invencibles armas que la libertad me ofrece.   Mi conciencia dejará de ser en un raudo gradiente hacia la oscuridad sin fondo, mi cuerpo nutrirá los suelos, donde futuras primaveras renacerán los narcisos, las festucas, los senecios.   Permaneceré raíz en la tierra. Siempre, por siempre de raíz y de tierra. Luisa Gómez Gascón (Agosto 1961-Feb 2011)

31 - EN LA RAÍZ, DE PERMANENCIA 7

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  31  EN LA RAÍZ, DE PERMANENCIA EN EL DUELO, ARMAS Luchar a muerte. Vencer. La sola posibilidad. Desierta.   Nunca el desánimo, la pérdida, el abandono.   Si bien desgarrarse, arrancarse, desvivirse, destrozar, partir, arrojarse al dolor.   O a los confines del entorno.   Todo menos la inercia, la espera inmóvil, la aceptación de lo inadmisible, la sumisión del cadáver. Luisa Gómez Gascón (Agosto 1961-Feb 2011)

30 - EN LA RAÍZ, DE PERMANENCIA 6

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 30   EN LA RAÍZ, DE PERMANENCIA EN LA INMENSIDAD, EL SALTO Vale, saltar. O morir.   ¿Piensas, acaso, que temo la extensión de la palabra proscrita?   ¿Crees que ignoro la longitud del salto?   El verso no es sino la tentativa del puente en el abismo. Entre los límites SALTAR                          ...                          MORIR   Luisa Gómez Gascón (Agosto 1961-Feb 2011)  

28, 29 - EN LA RAÍZ, DE PERMANENCIA 4, 5

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 28    EN LA RAÍZ, DE PERMANENCIA EN EL DOLOR, UN INSTANTE   El dolor es un golpe entre dos losas y en su dureza es limpio, sin eco. Definitivo.   Cualquier adiós lo resurge. Fustiga y retorna a la palabra que lo entraña. Al instante, tan veloz como un tajo cuyo recuerdo es la sangre huyendo a borbotones, de las lindes abiertas.   Y la concavidad en el pecho, irrellenable. No, nunca hasta mañana.    29   EN LOS OJOS, EL ANHELO   Quiero ver con los ojos de las piedras la imagen por venir que el azar me arrebata.   ¿Cómo pensarte, luego? Luisa Gómez Gascón (Agosto 1961-Feb 2011)

27 - EN LA RAÍZ, DE PERMANENCIA 3

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   27 EN LA RAÍZ, DE PERMANENCIA EN EL AMOR, UN POEMA   Ven, amor mío. Permanece callado, si lo deseas, en la quietud de mi seno. Viértete cono agua en el cauce de mis manos, hazme vientre de deseos, continente liberado. capacidad que abarque el abrazo amedrentado.   Relieve de caricias, volumen de luces y sombras. Acabemos la noche, abierta la ventana a la claridad de los cuerpos que renacen al alba.   Pasa, amor, a la tierra. Pues de tierra soy, desmoronada piedra. Íntima, del tiempo olvidada. Cesada de sangre. Perdurable.   Continúa soñado en el silencio, y yo aguardaré la aurora de tus ojos, siglos de sueños o de dormidos gozos, milenios de calma, eras, distancias que fueron puntos extendiéndose al amor. Incesante. Al amor y a la tierra. Inacabable. Luisa Gómez Gascón (Agosto 1961-Feb 2011)  

26 - EN LA RAÍZ, DE PERMANENCIA 2

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 26   EN LA RAÍZ, DE PERMANENCIA EN LA AMENAZA Ser felino sobre los afilados cuchillos. Acechándome. Fondear en mí. Oscura.   Esperar astuta, al tiempo. Brotar la piedra, brotarme de la tierra.   Soltarme. Soltar la raíz, el polvo, al verso.   Ser gradiente raudo, fulgor hacia la luz del día, Sin tiempo.   De pozo piedra. Sin fondo tierra.   Al cabo. Sólo tierra. Luisa Gómez Gascón (Agosto 1961-Feb 2011)

25 - EN LA RAÍZ, DE PERMANENCIA 1

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 25 EN LA RAÍZ, DE PERMANENCIA EN LA PALABRA AMEDRENTADA ¿Por qué despuntó la palabra al dolor, al míedo inconfesable, al alba gris eterna, creciéndose nocturna?   ¿Por qué fluyen las raíces desterradas en la mañana cargada de alveolos, de vómitos, de suicidios, ondulantes mareas fluctuando alaridos, solas, tan solas que no son que no fueron sonido, ni eco, ni verbo, ni materia?   Antes de olvido, elipsis entregada al silencio.   Luego, anudadas al no, limitadas, crepúsculo de emblemas sorteando la luz moribunda.   Al fin nada. Luisa Gómez Gascón (Agosto 1961-Feb 2011)

La Sirena

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  LA SIRENA ¿Qué sabes tú de mí? ¿qué, de mis noches bajo la luz del silencio, de la clara luna que me envuelve en los escollos, y convierte mi pena en peces nadando a la deriva por el mar de los sueños? ¿Alguna vez sentiste la inmensidad del océano en tu piel? ¿Conoces las cuevas de los arrecifes donde las frías noches se reúnen y se hacen tan densas, que pudieran cogerse pedazos de húmeda oscuridad con las manos?   ¿Recuerdas el instante que me transformó en agua?   Dormidos sobre el molde de las arenas soñábamos ajenos, distantes, que nos mirábamos en un cuenco de agua fresca, con sabor a barro profundo.   Me deseabas pez   acariciándome las escamas, escurriéndose entre tus piernas y tus nalgas,   Te anhelaba desde el mar, deslizándote por mi cabello de algas, y el sueño cristalizó fuera de las mentes adormiladas.   Caí al hondo cántaro y la reverberación del golpe desbordó sus aguas. Fui corriente abajo, velo

LA VASIJA II.- SILENCIO

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23 - II. SILENCIO   Pero no pude escuchar la oscilación de los labios callados, el eco de la palabra ausente, la voz del corazón expandiéndose, respondiendo al grito omitido del amor o del deseo.   Y arrojé con furia la vasija enmudecida, luché contra el pétreo mutismo a cuerpo descubierto, sin coraza ni armadura, sola en medio del páramo, sin cobijos, sin parapetos, con un audaz escudo de palabras desnudas inventando un lenguaje arraigado en la herida, escrito sobre tu piel con signos encabritados, señas temerarias, gestos ineludibles, emblemas virtuales anudándose a tus secretos.   Sentí mis palabras como golpes secos, solidificándose, cayendo una sobre otra, vulnerando tu sigilo, levantando una muralla impenetrable que nos hizo ajenos al gran estruendo exterior, trenzando una cuerda infinita de cuyos lazos no pudimos desatarnos, que nos unió juntos a lo nunca expreso, y nos dejó ocultos en el Gran Silencio. Luisa Góme

LA VASIJA I.- RESONANCIA

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  22 LA VASIJA I.- RESONANCIA Para escuchar la reverberación de la afonía me volví tímpano descomunal, agudicé hasta el límite la sensibilidad auditiva, torneé de barro puro la vasija más frágil y profunda que captara la vibración imperceptible para el oído de los murciélagos. Y, a través del fabuloso invento, atraje hacia mi conciencia las innumerables ondas que devanean por el universo, el eco de los sonidos que emitieron seres vivos e inertes desde el origen de los tiempos, el rugido del Gran Trueno, de la explosión cósmica que hizo surgir el planeta, el crujido de las piedras bajo las pisadas de los dinos: los aullidos de placer y de dolor lanzados por los hombres que existieron el húmedo chasquido de nuestro último beso. Luisa Gómez Gascón (Agosto 1961-Feb 2011)