ConT - La senda - Fundidos

Casi Todo tiene T Tenían Toribio y Teresa trece descendientes habitando la torre junto al torrente. Cultivaban un huerto alto frente al puente. Entre frutales y hortalizas nutrían escasamente los estómagos del matrimonio y sus vástagos. Unas cabritas aportaban complementos lácteos a su limitada alimentación. Marité, la primogénita tenía veintitrés otoños, trabajaba temporalmente en el hotel de la carretera atendiendo las habitaciones de los clientes y el teléfono de la puerta. Su aporte complementaba la entrada de capital mientras estuviera soltera. Bito, el siguiente estaba paralítico de una poliomielitis infantil. El tercero pastoreaba en las montañas. Un tanto tarambana gastaba en tascas y apuestas los estipendios del patrón. Tardes enteras de martes, Tomás, Matilde y Toño, tocaban instrumentos entreteniendo a los otros siete. Tenían actividades de entretenimiento y otras que les capacitaran a futuros trabajos. En contra de lo previsto el ambiente doméstico estaba tremendame...