Bloqueos Lo escribo, pero también lo grito, ¡QUIERO SALIR DE ESTE ATASCO!. Seguro que encontraré cómo, o me lo soplará el ángel del movimiento perpetuo, amigo del ángel que ayuda a los que se atascan, que a su vez pertenece a la cuadrilla de los ángeles que disuelven los bloqueos. Tengo que encontrar qué palo pusieron y en qué rueda. Uno siempre piensa que hay alguien incordiando, no sé porqué. Quizá no sea nadie especializado en poner palos en las ruedas, quizá cayó por azar al atravesar aquel camino que llevaba a la cima donde oteo qué viene a mi vida, quién me espera o cómo está mi suerte. Subir aquella cuesta me hizo sentir por un momento que el camino se puede disfrutar, se debe disfrutar, sin enfocarse en la meta. Pero… Ni siquiera hay una meta definida, pues se trata de llegar a un lugar que parece meta, para mirar más allá. Además esa actitud obsesiva por otear, hizo acallar ese sentimiento, para volver al run run mental. Dibujo procedente de "https://www.faceboo
La niña de las flores A martamar Aquel verano veía pasar de vez en cuando a una niña de edad próxima a la mía. Se dirigía a los prados situados sobre el pueblo llevando una cestita de mimbre cuyo contenido estaba cubierto por un paño de cocina. Suponía que llevaba el almuerzo a alguno de los pastores que cuidaban el ganado. Cuando regresaba, la cesta se percibía más ligera y en su borde se veían asomar lirios, a veces un ramillete de margaritas, nazarenos quizá lavanda, alguna orquídea o amapola. Comencé a pensar en ella como “ la niña de las flores ”. Pasaba alegre y saltarina salvo que viera a alguna persona caminando por el lugar. La había descubierto a través del cristal del granero que daba al camino. El hecho de que estuviera polvoriento y con telarañas lo convertía en un lugar de observación muy discreto Me gustaría hablarle e incluso algún día subir con ella a los pastos y participar en la elaboración del ramito. Se me hacía difícil contactarla pues yo enseguida
Tormenta Era tormenta en ciernes, nacía en el mar, me nutría en él y descargaba con facilidad incomodando a los barcos de poco calado y poniendo en aprietos a aquellos pequeñitos que se habían alejado inconscientemente de su lugar de protección o se habían encontrado conmigo de forma inesperada. Nacía una y otra vez para aprender y mejorar mis técnicas de desplazamiento horizontal, mientras acumulaba volumen. Luego incorporé un nuevo saber, el subir aprovechando las corrientes cálidas, buscando el lugar apropiado para descargar. Allá veía un grupo de barcos en busca de bancos de peces que se llevarían sin plantearse más que el deseo de comercializar. Quizá descargaría ahí. Foto procedente de: https://blog.meteoclim.com/las-tormentas-y-su-clasificacion Aprendí a entrar en zonas no marinas y vertí mi energía violenta sobre montañas y valles. Veía como se desestabilizaban los terrenos, crecían los torrentes y ríos y causaba problemas en las gentes. Luego observaba que les costaba
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