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14 TIEMPO DE AZAHAR III.— VOLVERÉ DE AGUA, A LA FLOR

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  14 TIEMPO DE AZAHAR III.— VOLVERÉ DE AGUA, A LA FLOR   Llevaré siempre un pueblo blanco prendido en el corazón, y en mi deseo la promesa del regreso, del madurar la flor del azahar. En el alma errante seguirán la espuma y la arena dando forma a mi quehacer.   Volveré redonda y madura al jazmín y a las uvas y seré un patio fresco donde los niños del sur recibirán los besos de las mariposas, cantarán junto a la fuente romamcillos a la luna, escucharán el mensaje del viento de Levante, anhelarán el vuelo de los volantes que libera sus piernas.   El toro negro de grandes cuernos empinados dormirá vencido a la sombra del olivo, mi aliento traerá el frescor de las verdes tierras y las ramblas rebosarán de agua, risueñas, saltando entre las piedras. San José, 15 de Julio de 1993 Luisa Gómez Gascón (Agosto 1961-Feb 2011)

La Casa de Arriba

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  LA CASA DE ARRIBA A David y Clara -       “Hola ¿está el señor Miguel? – gritó Curro desde el patio de la casa, mirando escalera arriba. Una puerta se abrió y salió la dueña: “¿Quién llama?, ¡Ah! eres tú. ¿Qué querías? -       “Vengo a traer la llave. Me ha salido un trabajo en Francia y la dejo. Se me ha acabado el tajo aquí en el valle y vuelvo a Tarbes.” -       “Has aguantado. Hacía tiempo que un inquilino no duraba más de tres meses y tú casi has estado dos años. Vuelve cuando quieras.” “No creo” - respondió Curro – “si vuelvo al valle buscaré otra casa en otro pueblo. Ha sido duro” En Casa “Miguelón” se guardaban algunas llaves de edificios del pueblo. La de la iglesia, la de la escuela, que ahora se usaba para reuniones y en las fiestas para el campeonato de guiñote y la de la “Casa de Arriba”.   A pesar de que dos bordas más altas habían sido reconvertidas en viviendas, la seguían llamando así. Esta casa no tenía dueño, al parecer alguien se fue aprisa y corriendo

13 TIEMPO DE AZAHAR II.- NIÑOS DEL SUR

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  13 TIEMPO DE AZAHAR II.- NIÑOS DEL SUR *   Almería es una ciudad de sol y viento que dormita bajo la sombra de una alcazaba. Azul profundo el mar. Ocre y marrón terrenal.   ¿Qué fue del estanque de los peces naranjas, qué, del sonido del agua dulce deslizándose por los escalones de adobe? ¿Por dónde esparce el viento el aroma del azahar, del jazmín fresco y del toronjil?   La niña de ojos de almendra y almíbar quiere que los peces besen sus pies y sube al minarete para ver los barcos zarpar.   ¿De dónde vino el barco, qué tierras conoció?   El niño de pies descalzos corretea con un perrillo ciego por las callejas y busca en la basura un cuaderno para ir a la escuela.   ¡Corre niño, que lo barcos no te esperan! Y para cuando el niño llega el barco se ha perdido en la mar.   María lleva zapatos de lazos azules, Manuel no tiene sandalias de esparto. María y Manuel son hijos de la tierra seca, en sus labios llevan prendi

12_Tiempo de Azahar - 1.- Bordando un sueño

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  12 TIEMPO DE AZAHAR   I.- BORDANDO UN SUEÑO   Debajo de su volante María guarda, celosa, el silencio de un suspiro negro. Su hija, con las manitas en la alberca, sueña con ser sirena y los pececillos besan sus dedos. María, entre vainicas, borda un nombre de varón (¿o de un poema?) Puntea la M (Muerte) Hilvana la A (Anhelo) Ribetea la N con cruceta (Navío) Anuda la U a la nada (Urdimbre) Hace encajes con la E (Espadas) y la L, entre hilos, remata su bordado (Lejos, lejos).   La niña en sus ojos lleva un velero y cuando juega en la arena construye popas, quillas y barcos con sus sueños. ¡Ay, niña mía, no mires el azul profundo del mar! ¿Quién abarcará mi pena si mi volante se vuelve ola y se lleva a mi hija entre la espuma y la arena? San José, 15 de Junio de 1993 Luisa Gómez Gascón (Agosto 1961-Feb 2011)

La tentación.

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  La tentación Camina con decisión entre la gente por la amplia acera de la avenida. Llega a la cafetería donde le esperan sus amigas y desde la puerta da una mirada rápida a las mesas en busca de alguna cara conocida. Al no reconocer a nadie se dirige hacia la barra, cuando alguien le frena con un “Hola Laura” y un suave contacto en su brazo. Es J., un antiguo alumno del instituto. - “¡Qué sorpresa!, ¿cómo estás? - Se saludan con naturalidad besándose en las mejillas. -“Bien. Pasando unos días. He quedado aquí con unas amigas.” – Contestó Laura – “¿Qué es de tu vida?” - “Bueno, normal. Me casé. Tengo una tienda de electrodomésticos aquí cerca. ¡Mira!, te presento a mi mujer. Nos conocimos en el instituto”. Dijo J. mirándola a los ojos. Laura sonriendo y sin pestañear dijo: “Buenos tiempos aquellos. Os dejo que veo ahí a mis amigas. Encantada”. El encuentro fue sorprendente para Laura, pero no la alteró. J. no había sido un alumno cualquiera. Era el guapete de la clase. No

11 ALAS MENSAJERAS

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  11 ALAS MENSAJERAS   Vuela la conciencia por los cielos inmensos de los páramos, el espíritu despliega velas y atraviesa el océano de metal gris lejano. Contengo los pies de aire y me oculto en la casa abandonada en el tiempo, mía en algún instante pasado, o nuestra, ahora pertenece a los pájaros que la habitan.   El paisaje que añoro se amplía inventando razones y sendas, dibuja mapas de raíces en las baldosas del suelo, cartas luminosas sobre el techo de la casa, travesías por los mares contenidos en mi bañera, de los hielos de la cocina surgen los ventisqueros de agosto y el Mapamundi mira, sonriendo, mis suelas, haciéndolas bailar por las paredes agrietadas donde las golondrinas anidan.   Quiero aferrarme a las ventanas sin rejas, enterrar los pies en las macetas, apaciguar el arrebato en mi blanda cama, atrapar las botas que andan sueltas por los muros, descansar mis sueños entre libros de aventuras. El Atlas se destapa y

10 CAÍ EN LA TIERRA, COMO EL POEMA II

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  10 CAÍ EN LA TIERRA, COMO EL POEMA    II   Las vi durante largo tiempo, andé sinuosos caminos descifrando los mensajes, las encontré por los mares, entre las grietas de los escollos, como caracolas escondidas, las distinguí, ennegrecidas, entre las lavas milenarias. Estaban por todos los lados, innominadas, esparcidas como semillas originales, como árboles futuros ansiosos de brotar, deseosos de fructificar.   Me cayeron encima, mojándome, lluvia de palabras húmedas goteando por el cuello, letra sobre letra, verbos deslizándose entre mis piernas, como el agua caída sobre las misteriosas lengas * . Y fui recogiéndolas en el hueco de mi vientre hasta colmarlo.   Las sentí desbordándome veloces como ríos caudalosos, alcanzando mis labios, flotando en mi anhelo, curioseando, golpeando en las entrañas, hurgando en el amor, en el odio acurrucadas en la nostalgia, dormidas en mis propios sueños, descubriendo las raíce

Pedí permiso

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  Pedí permiso. Pedí permiso a la Tierra , para sentirla y mis pies comenzaron a echar raíces   que horadaron sus poros y penetraron sus capas. Parecía árida y dura, pero era jugosa, tibia, maternal. Tenía nutrientes en todas sus formas, que cedía generosamente para la vida. Sus paisajes de la superficie, podían ser espectaculares, pero no lo eran menos los de su interior. Sus minerales conformaban cristales que no eran más que la sublimación de esa materia en su expresión más pura. En su centro un sol luminoso y acogedor me hizo entender que su corazón vibraba alto y tenía la fuerza de vida que tiene todo ser en el universo. Me dio un mensaje corto y directo:- ”Yo te amo, ámate tú” Pedí permiso al Agua , para sentirla y mis sentimientos empezaron a moverse y subían y bajaban como las mareas. Una oleada de saludos me llegó repentinamente. Holas pequeñitos y tímidos, de krill, camarones y caballitos de mar, holas firmes y seguros de atunes, delfines y tiburones y HOLAS grandotes, pr

9 - Caí en la Tierra, como el poema - 1

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  9 CAÍ EN LA TIERRA, COMO EL POEMA   I   La Tierra se hizo poema. Los caminos fueron los versos, las piedras desgajadas inventaron los signos, las letras contorneadas por los vientos hasta dar forma a las palabras.   Frías en las madrugadas de invierno, ocultas entre hielo y nieve, ardientes en el mediodía de los desiertos planos, suaves y resbaladizas en las orillas de las playas, cortantes, puntiagudas en las cimas de las montañas, esponjosas cuando el musgo las cubre en los bosques húmedos, inmemsas en las morrenas gigantescas, minúsculas en las cambiantes dunas, encantadas, en la noche estival de luna llena. Luisa Gómez Gascón (Agosto 1961-Feb 2011)

8 - Dinámica

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  8 DINÁMICA   Las cordilleras se elevan para tocar los cielos y caen rodando por la noche de los tiempos hasta ser polvo de estrellas sobre las arenas de las playas.   El aire bailotea sobre las lengas * limpiando la noche de las estrellas del Sur, y será viento de Levante contorneando la sombra de las dunas.   Oculto bajo la diversidad multicolor, el magma incandescente desparramándose, fundiendo hielos en los glaciares y piedras en la aridez.   La distancia se convierte en horizonte, los días y las noches se confunden, las piedras marcan el ritmo del tiempo. La tierra vive, salta océanos, inventa islas, cordilleras, continentes, se aúna y se expande para acoger los seres que poblarán las selvas, los bosques, las altas montañas, los pastos, las estepas, los valles, las sabanas, las arenas, las tundras, los desiertos... * Roble de la Tierra de Fuego San José, 1 de Julio de 1993 Luisa Gómez Gascón (Agosto 1961-Feb 2011)

Seguir bailando (Flashmob en París)

  En la Estación del Este París, 8 de Abril de 2021 “El miedo a la muerte no impide morir, pero impide vivir” Queremos seguir bailando todavía Ver nuestras ideas abrazar nuestros cuerpos, Pasar nuestra vida en una red de acordes. Oh no, no, no, no, no, no   Queremos seguir bailando todavía Ver nuestros pensamientos, entrelazar nuestros cuerpos Pasar nuestra vida en una red de acordes Somos aves de paso   Jamás dóciles ni verdaderamente prudentes No juramos obediencia Al alba en toda circunstancia Venimos a romper el silencio Y cuando por la noche en la televisión Nuestro buen rey ha hablado Vino a anunciar la sentencia… Mostramos irreverencia Pero siempre con elegancia Oh no, no, no, no, no, no   Queremos seguir bailando todavía Ver nuestros ideas, entrelazar nuestros cuerpos Pasar nuestra vida en una red de acordes Oh no, no, no, no, no, no   Queremos seguir bailando todavía Ver nuestras ideas abrazar nuestros cuerpos, Pasar