18 TRAVESÍAS II.- POR AGUAS DE NADIE Busco en tu hermetismo, intento introducirme en ti, distante, pero no lo encuentro. Y me tumbo bajo el cielo de la tarde mustia adentrándome en la angustia, en la raíz del miedo, pero no lo encuentro. Y voy, y vengo, andando caminos, atravesando océanos, viajando fuera del lugar y del instante pero no lo encuentro. Mi desesperanza no tiene límite, como el vacío continental de mi vientre anhelante, como el vehemente anhelo de encontrar, de conseguir, de dar con él, de hacerlo verso… pero no lo encuentro. Ni órgano vital ni amor ni afrenta ni ente ni sentimiento. ¿Cómo saber lo desconocido, apalabrar lo innominable, atrapar lo intangible, delimitar lo infinito? ¿Sabes que nunca nos miramos las pupilas dilatadas, los abigarrados iris, las miradas espirales? ¿Por qué enmudecí al contacto de tu cuerpo contrito? ...