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Mostrando las entradas etiquetadas como Álvaro

El becario

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  El becario Nos encarga la jefa de redacción hagamos un reportaje cuyo tema   central sea el amor. Reflexionaba Santiago Limón delante de su mesa, sin saber muy bien cómo abordar este reto. Se había incorporado como becario a la redacción del periódico de aquella capital de provincia. Las misiones que en las últimas semanas le habían encomendado, no sabía si calificarlas de nimiedades, emplumes o directamente marrones. Las noticias trascendentes, no las cubría él, desde luego. Lo mandaban a entrevistar al entrenador del equipo local, a cubrir el pequeño accidente del cruce de siempre o los problemas tontos que surgían en los barrios. Por fin un tema importante, universal diría, con el que podría lucirse. Su ego bien arropado de ímpetu juvenil, le indujo a elaborar un cuestionario con muchas preguntas. Descartó el hacer encuestas pues tendría que invertir demasiado tiempo y energía para recoger opiniones y datos, que tendría que agrupar y analizar. Empezaría visitando distint

El bosque parlante

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  El bosque parlante Caminaba por aquella pequeña meseta rodeada de bosque con la intención de penetrar entre los árboles y recolectar setas. A lo lejos y entre ellos, parecían producirse pequeños destellos que se iban moviendo   a cierta altura de forma ondulante.   Cuando aún no había salido de la espesura percibí una silueta extraña. Me pareció que alguien andaba sobre zancos y en su cabeza unas zarzas que chisporroteaban. Pensé que era algún inconsciente, pues aunque el ambiente estaba más bien húmedo, al bosque y el fuego es mejor mantenerlos distantes. Al salir al claro observé con sorpresa a un hombre larguirucho de unos 2 metros y medio o algo más, con una especie de turbante y un paño de un amarillo llamativo . Enredado en las vueltas del pelo, luces de colores se encendían y apagaban de forma aleatoria. Avanzaba de forma desmadejada por la senda que confluía con el camino. La impresión que me causó es que o trabajaba en un circo o era un loco. No sé por qué hemos de tilda

Manifestando

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  Manifestando   Gracias Señor por esta cama y por estos sueños que a menudo me llevan por los siete cielos.   Gracias por este alba que me recuerda la luz que tengo dentro de mi alma   Gracias por esta llama que me hipnotiza me vivifica y me da calma   Gracias por esta dama de altos vuelos que me susurra pensamientos nuevos   Gracias por este hada que salió detrás del tiempo mientras en mi despertaba un fuerte sentimiento.   Gracias por esa nada (que era el Todo) en que nos disolvimos cuando aún dormitaba buceando en lo divino.   Gracias porque nos tragó la nada (que era el Todo) junto con el hada que venía en forma de dama encendiendo la llama al salir el alba en esta dulce cama.   Álvaro

Tormenta

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  Tormenta Era tormenta en ciernes, nacía en el mar, me nutría en él y descargaba con facilidad incomodando a los barcos de poco calado y poniendo en aprietos a aquellos pequeñitos que se habían alejado inconscientemente de su lugar de protección o se habían encontrado conmigo de forma inesperada. Nacía una y otra vez para aprender y mejorar mis técnicas de desplazamiento horizontal, mientras acumulaba volumen. Luego incorporé un nuevo saber, el subir aprovechando las corrientes cálidas, buscando el lugar apropiado para descargar. Allá veía un grupo de barcos en busca de bancos de peces que se llevarían sin plantearse mas que el deseo de comercializar. Quizá descargaría ahí. Foto procedente de: https://blog.meteoclim.com/las-tormentas-y-su-clasificacion Aprendí a entrar en zonas no marinas y vertí mi energía violenta sobre montañas y valles. Veía como se desestabilizaban los terrenos, crecían los torrentes y ríos y causaba problemas en las gentes. Luego observaba que les costaba

Bloqueos

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  Bloqueos   Lo escribo, pero también lo grito, ¡QUIERO SALIR DE ESTE ATASCO!. Seguro que encontraré cómo, o me lo soplará el ángel del movimiento perpetuo, amigo del ángel que ayuda a los que se atascan, que a su vez pertenece a la cuadrilla de los ángeles que disuelven los bloqueos. Tengo que encontrar qué palo pusieron y en qué rueda. Uno siempre piensa que hay alguien incordiando, no sé porqué. Quizá no sea nadie especializado en poner palos en las ruedas, quizá cayó por azar al atravesar aquel camino que llevaba a la cima donde oteo qué viene a mi vida, quién me espera o cómo está mi suerte. Subir aquella cuesta me hizo sentir por un momento que el camino se puede disfrutar, se debe disfrutar, sin enfocarse en la meta. Pero… Ni siquiera hay una meta definida, pues se trata de llegar a un lugar que parece meta, para mirar más allá. Además esa actitud obsesiva por otear, hizo acallar ese sentimiento, para volver al run run mental. Dibujo procedente de "https://www.faceboo

Vacío

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VACÍO   Vacío de lágrimas, vacío de sonrisas, vestido de aire con capa de espuma... Vacío de sombra, vacío de estrellas, espero la ola, saludo su llegada... Sin escondite posible ni pedestal vano, cabalga sobre sirenas, me alcanza... Me lame, me envuelve, me zarandea, me inunda. Me abruma... Desbroza mis tierras, limpia mis monstruos, ilumina mis células, orienta mi alma... Atisbo la finalidad. Vacío, vacío, vacío... Para ser llenado... POR TI, POR TU AMOR, PADRE ETERNO.   La tendencia, o mejor la tentación al principio es afianzarse y aguantar los embates con los pies bien asentados. Pero conforme uno va aprendiendo, es más bonito incorporarse a la ola, mecerse con ella cuando sube con suavidad y dejarse llevar cuando la fuerza es alta, procurando no ser arrastrado a la zona que cubre menos.   **********************   Álvaro

Densidad

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  Densidad   Me noto transparente. Aún no era muy consciente de mí mismo y me sentía aire, movimiento, traslación; todo me atraía y en nada me paraba mucho, sólo mientras otro estímulo asomaba en mi horizonte próximo para llamarme con su presencia. Incluso los espejismos y las ilusiones me atrajeron durante un tiempo. Inopinadamente, fui tomando humedad del ambiente y aumentando el número de   pequeñas partículas que cargaba sin percatarme, llevándolas de aquí para allá. Aumentó la humedad hasta el punto que parecía nube; aproveché entonces para experimentar.   Pinté detrás de mis siluetas el cielo de gris azulado con pinceladas tímidas primero, suaves brochazos después y consistentes formas por último. Acabaron precipitándose al no poder eludir la gravedad, pensaba. Pero no era gravedad, era mi destino que me inclinaba a materializarme a vivir nuevas experiencias en formas nuevas. A través de esa densificación se alternaron una gama de experiencias exquisitas y otras terribl

La serpiente verde

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  Serpiente verde Viene de lejos, parece amenazante, pero eso surge de mi actitud defensiva, de la inseguridad, del temor. Todos los temores están ahí en un rincón, esperando el momento de expresarse. Al verla se manifiesta uno, representante de todos, el más miedoso y quizá es el más voluminoso de los temores, el que no aguanta más, da un paso al frente y me hace dar un paso atrás al verla. Una serpiente verde. Aumenta el miedo, retrocedo yo. “Es preciso que me mantenga” – pienso – se estabiliza el miedo. Doy un paso, merma el temor, se empequeñece y ella sinuosa sigue hacia mí con decisión aunque sin prisa. De pronto se yergue elevando un tercio de su longitud, como si calibrara los posibles peligros. Mi cuerpo quiere reaccionar, se empieza a erizar el vello de mis brazos. Respiro suavemente un poco más profundo, no la miro. Me centro en mi corazón volviendo a inhalar y exalar suave y profundo. Entonces giro la vista hacia ella y observo que me mira indiferente, como si fuera un ob

Sin T - El Rosal - Las Musas

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  Sin T No sabía cómo llegar al final del camino. Demasiados enigmas y gran número de problemas aparecían sin cesar. Se confabulaba el mundo para impedirme conseguir mi sueño. Los faunos y las hadas llegaron para ayudar haciendo que fuera sencillo. Caminé sin esfuerzo, brinqué con energía y llegué al fin. Alcancé el arco iris y me fusioné con él impregnándome de colores. Al hacerlo, descubrí que ya vibraban en mí   y me coloreaban incluso sin comenzar el viaje.   El ROSAL Puse un rosal en la esquina del huerto. Un día de ausencia, unos trabajadores plantaron un poste a su lado. Al verlo, pensé que un ciprés, algún día lo ocultaría. Pasado el tiempo, en lo alto del ciprés, unas rosas atrevidas sorprenden al caminante.   Las MUSAS Dicen los que saben, que las musas llegan de puntillas, ocasionalmente. Lo mejor es que te encuentren trabajando. Hay personas a las que visitan a media noche o de madrugada, entre vuelta y vuelta a la espera del amanecer. En más de una ocasión

Temores

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  Temores Sale poco, se relaciona desde el balcón y pasea sus perros a horas intempestivas. Se protege la boca porque teme.   Los nombres de los canes Tristón, el viejo y Cobi, el cachorro. Hasta sus nombres dan pistas de que su mundo no se inclina precisamente al optimismo. Sus temores son tantos y tan variados. Teme quedarse sola, que se quemen sus propiedades, que sus hijos no sé qué, caerse, enfermar,… La enumeración es interminable. En cada ocasión que coincidimos, me cuenta alguno nuevo o me repasa uno anterior con un detalle añadido. Por supuesto el miedo principal es el que no se atreve a nombrar. Morir. -          “Nada, señora Nati, no se preocupe tanto. Mire lo que dice Gaspar el del otro bloque, “Hay que tener la mente ocupada con alguna afición y sobre todo nada de miedos, que bajan las defensas”. Él con ochenta y cuatro años, sigue yendo a su huerto a picar piedra. Está reproduciendo un capitel de una ermita de su pueblo y el hombre disfruta con eso”. Le cuento, le

En el lamasterio

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  En el lamasterio Llevaban escasos días entre nosotros. Un familiar trajo a los dos hermanos de una lejana aldea de las montañas pidiendo fueran acogidos en este lugar. Sus hermanos, a raíz de quedar huérfanos, habían sido repartidos entre distintos tíos. A él, Tulku, de siete años   y su hermano Chagdud de nueve, los habían asignado a nuestro monasterio. Era habitual entre los campesinos que alguno de sus hijos apendiera bajo la tutela de los lamas. La mayoría de ellos apreciaban a los monjes y aspiraban a tener un hijo entre ellos, donde recibiría formación y quizá un día dirigiría su propio centro religioso. En algunos casos una prole abundante, unida a la escasez de recursos influía más en estas incorporaciones que la misma vocación. El lama me encargó los tutelara aunque iban a estar en el grupo de los pequeños que dirigía un joven monje. Con respecto a ellos mi papel era observarlos de momento y con el tiempo, dirigir su formación espiritual. Les fue bien a los hermanos qu

La gota viajera - y II

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  La gota viajera II   Después de aprender y dominar esa situación, sentíamos que había que explorar nuevos mundos y nos dirigimos a mar abierto con la intención de visitar las profundidades. La fauna fue cambiando conforme bajábamos. De pronto una masa enorme y ondulante se fue abriendo paso en dirección a donde estábamos. Una enorme serpiente, grande como un velero, recorría el lugar observando con una cierta frialdad, todo lo que la rodeaba. Nada tenía que temer, sin embargo su aspecto era imponente, armoniosa en sus movimientos y parecía que acababa de capturar algo, o quizá estaba comiendo. Cuando los detalles quedaron claros por la proximidad pude ver que el interior de su boca estaba ocupado por una cabeza de mujer que a su vez observaba todo y se movía con soltura en su interior.   Formaba parte de ese curioso ser. Calculé que seríamos muchísimas las desplazadas a su paso, pero al mover su columna en curvas verticales, las desplazadas fueron las que estaban encima y debajo

La gota viajera I

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  La gota viajera I   -          “¡Hemos llegado al mar!” Había oído hablar tanto de él. Bueno, de él o de ella, porque cuando iba entre montañas lo nombraban en masculino y cuando su viaje se acercaba al final, o eso pensaba cada vez con más frecuencia, le decían la mar. En una ocasión, oyó a unos pescadores que lo llamaban LA MAR OCÉANA , así con mucho respeto, y nuestra protagonista enseguida lo asoció a grandeza, majestuosidad, poderío, riqueza… Los observadores externos las veían todas iguales, sólo los más perspicaces, apreciaban pequeñas diferencias de tamaño y sin embargo cada una de ellas se consideraba distinta a las otras. Tenían dos características, la segunda era la más evidente, las describía como unas viajeras empedernidas. La otra, aun siendo la principal solía pasar inadvertida y el uso de la misma era lo que las llevaba a experimentar, dejando en su esencia marcas imperceptibles. ¡ERAN LIBRES! Muchas experiencias había tenido pero un mundo nuevo se abría. Su